Zonas privadas en las oficinas
Hay quien dice que cualquier tiempo pasado fue mejor. Otros, que las modas siempre regresan. Y en el caso que nos trae a este artículo, es una gran verdad. Hace unos años el diseño de las oficinas se centraba en el open space. ¿Qué era esto? Espacios de trabajo abiertos para conseguir la socialización entre los trabajadores y fomentar los entornos colaborativos. Sin embargo, los nuevos espacios demandan entornos más privados en las oficinas de hoy en día.
Hay que tener claro que sin privacidad no hay socialización. Y son tan necesarias tanto una como la otra. Es importante contar en las oficinas con zonas abiertas de trabajo colaborativo que potencien la interacción social y el intercambio de ideas. Pero estas deben combinarse con salas donde mantener reuniones, trabajar en silencio o acoger equipos de trabajo que requieran de una mayor concentración. Espacios donde los trabajadores puedan sentirse cómodos y ser productivos según la tarea que tengan asignada.
Los entornos abiertos generan ruido
Está comprobado que los entornos excesivamente abiertos generan ruido. Por eso, la calidad de vida de los empleados mejora de forma sustancial si encuentran zonas donde puedan escapar de ese ruido. Tener oficinas diáfanas suele traer problemas de concentración. Hay que evitar esos espacios abiertos interminables y alternarlos con otras salas informales, pequeñas zonas de reunión y despachos que reduzcan su escala para que sean algo más acogedores.
Las oficinas han de concebirse como lugares flexibles y polivalentes, donde los espacios íntimos convivan con otros más sociales. ¿Cómo lo conseguimos? Están los tradicionales tabiques opacos o sus sucesores traslúcidos o transparentes, pero hay más elementos que permiten esta separación de entornos. Elementos menos tangibles como la iluminación, el confort acústico y térmico o la tecnología.
En espacios cerrados o tras planos acristalados que potencian la fluidez y comunicación visual, las salas de reunión se equipan con un mobiliario versátil y ligero que permite variar la configuración dependiendo de las necesidades.
La combinación de zonas privadas y sociales
La privacidad no consiste en levantar muros, sino en controlar los estímulos internos y externos, en función de la tarea a realizar. Las soluciones son muchas y muy diversas. Desde salas acristaladas, separaciones flexibles o espacios fonoabsorbentes que, sin romper la continuidad visual, aportan la intimidad necesaria poder mantener una reunión o una conversación telefónica, a superficies móviles y mobiliario que por sí mismo delimita espacios sin la necesidad de complicadas intervenciones arquitectónicas. O pequeños rincones donde se recrean escenas típicas que bien podríamos encontrar en un café o nuestro propio hogar.
¿Qué te ha parecido el artículo? Siempre pensamos en la socialización en las oficinas, pero recuerda que sin privacidad no podremos socializar.
Si te ha gustado, comparte. Estaríamos encantados de que hicieses llegar a tus contactos en Facebook, Twitter, Instagram o LinkedIn estos consejos para mejorar tu espacio en la oficina.
¿Quieres mejorar tus espacios de trabajo? En Martínez & Giovanni podemos asesorarte y dar forma a tus ideas. Confiamos en tu negocio tanto como tú lo haces.
No Comments